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Actualizado: 27/03/2024
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Ada Colau pretende cerrar definitivamente el crematorio de Collserola

Ada Colau pretende cerrar definitivamente el crematorio de Collserola

El Ayuntamiento de Barcelona y su alcaldesa Ada Colau, sopesan cerrar definitivamente el crematorio de Collserola o hacer una remodelación. El horno dejó de funcionar a fines de mayo de 2019 por incumplir la normativa vigente en materia de emisiones.

Fuentes del sector indican que Cementiris de Barcelona “estudia si remodelar o reabrir el crematorio de Collserola”. Desde Crónica Global indican que un portavoz de Cementiris de Barcelona comentó, “reiteramos que el crematorio de Collserola requiere una renovación integral de sus instalaciones, así como una adaptación y mejora de los equipamientos existentes de recepción de las familias y de acompañamiento y despido, actualmente insuficientes”.

“Actualmente, las instalaciones del crematorio del cementerio de Montjuïc de Barcelona, satisfacen adecuadamente la demanda existente de incineración”, pero si se cerrase `por vida, el crematorio de Montjuïc asumiría toda la carga de cremación de Barcelona y, por otro lado, la compañía pondría fin a una instalación contaminante que abrió sus puertas en 1990 en mitad de un parque natural.

“En el marco del proceso de renovación de la licencia medioambiental, estamos incorporando un sistema automático de medición (SAM), que consiste en la monitorización en continuo de emisiones al crematorio”, ha indicado la misma fuente oficial de Cementiris, “este sistema estará operativo durante el segundo semestre de 2020”.

Uno crematorio cerrado y el otro incumple
El escenario actual es pues que Cementiris de Montjuïc continúa con el monopolio de las cremaciones en Barcelona, pero su operativa está coja: tiene solo un horno de los dos operativos. Asimismo y tal y como avanzó este medio, la única instalación de eliminación de restos funerarios incumple las rigurosas exigencias medioambientales, por lo que se llevó un rapapolvo de la Generalitat de Cataluña que le llevó a adquirir el costoso sistema de medición en 2019.

Cementiris cuenta pues con un horno cerrado y otro que incumple la legalidad. Ello tiene un impacto sobre los trabajadores, el servicio que se presta a empresas funerarias y ciudadanos, tal y como ocurrió el 17 de enero, cuando se apiñaron los cadáveres en el camposanto por un repunte inesperado de la mortalidad. A ello se le sumaría ahora la idea de Cementiris, según el sector, de clausurar para siempre una instalación con la que no puede contar desde mayo de 2019.

La política, si finalmente se concreta, entroncaría con la nueva obsesión del equipo de la alcaldesa Ada Colau, que ha iniciado una cruzada contra el “cambio climático” con las exiguas competencias con las que cuenta el Ayuntamiento de Barcelona.

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