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Un tanatorio se convierte en escenario de boda en Láncara

Un tanatorio se convierte en escenario de boda en Láncara

En A Pobra de San Xiao, un pequeño pueblo de Láncara, el tanatorio local vivió un día extraordinario que rompió con la solemnidad habitual de sus instalaciones. Patricia y Agustín, una pareja del municipio, decidieron dar un giro inesperado a su enlace matrimonial, eligiendo la capilla del tanatorio como el escenario de su boda. Este lugar, construido en piedra y madera, suele ser testigo de despedidas definitivas, pero aquel sábado se llenó de alegría y esperanza.

La novia, Patricia, siempre había sentido una conexión especial con la capilla. Su deseo de casarse allí surgió del vínculo de amistad que comparte con Juan, uno de los responsables del tanatorio, quien accedió gentilmente a su petición. Sin embargo, había una condición: la boda solo podría celebrarse si no había funerales programados, dado el acceso compartido por un pasillo flanqueado por las salas del tanatorio.

El destino estuvo de su lado. No hubo funerales ese día, permitiendo que la ceremonia se llevara a cabo tal como lo habían imaginado. Cerca de 120 personas asistieron al evento, sorprendidas y encantadas por la peculiaridad del lugar. La capilla, decorada para la ocasión, acogió una ceremonia civil única, que incluyó elementos celtas, con la presencia de un druida de la asociación castrexa del Arde Lucus, mientras el concejal Miguel Fernández Arrojo ofició la parte oficial del acto.

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La historia de amor de Patricia y Agustín transformó el tanatorio en un espacio de celebración, donde por primera vez, las risas y la música reemplazaron al silencio reverente. Juan, emocionado, comentó que si no fuera por el letrero exterior, cualquiera podría confundir la capilla con una iglesia tradicional, debido a su arquitectura restaurada.

Este evento, aunque excepcional, dejó una huella en la comunidad. Fue un recordatorio de que el amor puede transformar cualquier lugar, incluso aquellos asociados con la pérdida, en un escenario para nuevos comienzos. Para Patricia y Agustín, su boda en el tanatorio será una anécdota inolvidable, un día especial que marcó el inicio de su vida juntos.

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