En un tranquilo día del centro de Torreón, Coahuila, un inesperado evento sacudió a la comunidad. El corazón de este suceso radica en una agencia funeraria, donde las preocupaciones sobre la salud pública emergieron de manera inquietante. Todo comenzó cuando comerciantes del Mercadito Navideño, al desmontar sus puestos, detectaron un olor repulsivo proveniente de un charco de aguas negras combinadas con sangre, situado en la calle Idelfonso Fuentes, entre las avenidas Hidalgo y Juárez.
El Sistema de Emergencia 911 recibió un llamado de alerta, y rápidamente, la Policía Municipal llegó al lugar para acordonar el área, actuando con celeridad para evitar posibles riesgos a los transeúntes. Sin embargo, la urgencia por resolver el problema no pudo ser satisfecha de inmediato. El personal de Protección Civil, liderado por Claudia González, se encontró con un obstáculo inesperado: dos servicios funerarios en curso que impedían la inspección dentro del establecimiento. En un acto de respeto hacia las familias dolientes, decidieron posponer las investigaciones hasta que los servicios concluyeran.
La situación se complicó cuando los empleados de la funeraria fueron cuestionados sobre el origen del problema. Su respuesta fue evasiva, indicando que la responsabilidad recaía en Simas, el organismo encargado del sistema de agua y saneamiento. Esta declaración provocó más incertidumbre, dejando a las autoridades con la tarea de determinar si la funeraria cuenta con una sala de preparación de cuerpos y si esta cumple con todas las regulaciones sanitarias y administrativas.
La clausura de la funeraria se perfila como una posibilidad inminente, a medida que las autoridades buscan respuestas. La comunidad, mientras tanto, observa con atención cómo se desarrollan los acontecimientos, preocupada por el impacto que este incidente pueda tener en la salud pública y el bienestar de los vecinos. En un mundo donde la muerte es un negocio cotidiano, esta historia resalta la necesidad de un manejo responsable y transparente, incluso en los momentos más oscuros.