Desde noviembre pasado, el cementerio municipal de Calamocha cuenta con un cinerario, un lugar especialmente diseñado para depositar las cenizas de los fallecidos tras su incineración. Este nuevo servicio forma parte de la ampliación del camposanto, ofreciendo a los vecinos un espacio adicional que también busca romper con la monotonía visual de los bloques de nichos y columbarios.
El proyecto, que se puso en marcha coincidiendo con la festividad de Todos los Santos, aún no ha sido utilizado, aunque ya está disponible para los ciudadanos. El Ayuntamiento de Calamocha destinó cerca de 4.000 euros para su realización, llevada a cabo por las brigadas municipales. La inversión se centró en la jardinería, creando un entorno con plantas que rodean una silueta de corazón.
El cinerario, con una superficie de 140 metros cuadrados, está diseñado como un espacio acogedor y simbólico, con un paseo de piedra que conduce al centro del recinto. Según el concejal Inocencio Ruiz, el espacio se construyó para ofrecer a quienes prefieren la incineración una opción digna y respetuosa, especialmente dado que no está permitido esparcir cenizas en lugares no autorizados.
El centro del cinerario es una gran vasija de mármol, donde los ciudadanos pueden depositar las urnas con las cenizas. Este servicio, aunque gratuito, requiere de una solicitud previa en el Ayuntamiento para su utilización.
La creación de este espacio responde a una demanda creciente entre los vecinos de Calamocha que buscan alternativas a los nichos tradicionales. De esta manera, el Ayuntamiento no solo ofrece un nuevo servicio, sino que también cumple con las normativas actuales sobre sanidad mortuoria, proporcionando un lugar adecuado para el destino final de las cenizas.




