Cuando una localidad crece, también lo hacen sus necesidades más silenciosas. Las que no suelen ocupar titulares, pero resultan esenciales para la vida —y la despedida— de una comunidad. En Santa Eulària, esa previsión acaba de materializarse en el cementerio municipal de Cas Llaurador, donde el Ayuntamiento ha dado por finalizadas las obras de ampliación del recinto.
La actuación ha permitido incorporar 80 nuevos nichos, una cifra pensada para dar respuesta a la demanda actual y, sobre todo, anticiparse a las necesidades que se prevén en los próximos años. La ampliación se ha ejecutado dentro del propio cementerio, en la zona correspondiente a la última fase de crecimiento del recinto, evitando así la ocupación de nuevos suelos y manteniendo la coherencia del espacio funerario existente.
El proyecto ha consistido en la construcción de dos módulos independientes, cada uno con 40 nichos. Una solución funcional, clara y ordenada, que responde a criterios técnicos y de planificación a medio plazo. Según los servicios municipales, se trataba de una intervención prioritaria, ya que la disponibilidad de espacio comenzaba a ajustarse tras el aumento sostenido de la demanda registrado en los últimos años.
Las obras han sido adjudicadas a la empresa Aldaba Obras Reunidas SL y han contado con un presupuesto total de 99.952 euros, IVA incluido. Una inversión que el Consistorio enmarca dentro de su política de mantenimiento y adaptación de las infraestructuras municipales a la evolución demográfica del municipio.
Desde el Ayuntamiento de Santa Eulària subrayan que esta ampliación no es una actuación aislada, sino parte de una estrategia más amplia para garantizar servicios públicos de calidad. En el caso del cementerio, el objetivo es claro: asegurar que las familias puedan disponer de un espacio adecuado en momentos especialmente delicados, sin urgencias ni improvisaciones.
Aunque se trata de una obra discreta, alejada de grandes proyectos urbanísticos, su impacto es directo en la vida cotidiana del municipio. La gestión de los espacios funerarios exige planificación, sensibilidad y previsión, tres elementos que, según el Consistorio, han guiado esta intervención.
Con la finalización de estos trabajos, Santa Eulària gana margen de maniobra y tranquilidad a medio plazo. Cas Llaurador suma capacidad, pero también refuerza su papel como un servicio esencial, pensado no solo para responder al presente, sino para estar preparado cuando llegue el momento en que más se necesita.




