La innovación y la tradición se han dado la mano en Valladolid. El Grupo La Libélula, una funeraria vallisoletana, ha decidido dar un paso audaz al recuperar el carruaje de caballos como medio de transporte fúnebre. Este cambio responde a las nuevas restricciones de acceso establecidas en ciertas calles de las ciudades españolas, debido a la creación de zonas de bajas emisiones (ZBE).
Lejos de ser una medida temporal, esta elección se presenta como una solución ecológica y elegante para la empresa, que busca mantener su compromiso con el medio ambiente sin sacrificar la dignidad de sus servicios. El carruaje, acristalado para que el féretro sea visible, ya ha recorrido las calles del centro de Valladolid, partiendo desde el Cementerio Municipal del Carmen hasta la iglesia de San Quirce y Santa Julita.
Este transporte, que combina lo mejor del pasado con las necesidades del presente, se ha presentado como una alternativa más sostenible y distintiva. El carruaje no solo destaca por su bajo impacto ambiental, sino también por su capacidad para ofrecer un servicio único y cargado de simbolismo a quienes prefieren un enfoque más tradicional en el último adiós a sus seres queridos.
La decisión del Grupo La Libélula no solo ha captado la atención por su originalidad, sino que también ha abierto una conversación sobre cómo las empresas pueden adaptarse a las regulaciones ambientales de maneras creativas y respetuosas con la tradición. Este carruaje de caballos es un recordatorio de que, a veces, mirar al pasado puede ser una forma innovadora de avanzar hacia el futuro.




