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Animales en velatorios: Badalona marca la pauta mientras Mataró duda

Animales en velatorios: Badalona marca la pauta mientras Mataró duda

En Badalona, un cambio silencioso y significativo se está produciendo en la forma en que las familias se despiden de sus seres queridos. En una iniciativa pionera, el Tanatorio de Badalona ha permitido la entrada de mascotas a las salas de velatorio, un gesto que ha resonado con fuerza en el corazón de muchas familias. Desde hace unas semanas, se ha vuelto común ver a perros y gatos acercarse a los féretros, olfateando el entorno y buscando la mano inmóvil de su ser querido, como una forma de comprender la pérdida.

Este innovador servicio, gestionado por Pompas Fúnebres Badalona (PFB), ha registrado ya once despedidas con la presencia de mascotas. Aunque todavía está en proceso de certificación formal, el impacto ha sido notable. Joan Oller, director financiero y de administración de PFB, explica que permitir este último adiós ayuda a los animales a procesar la ausencia, evitando que el duelo se prolongue al esperar el regreso de su cuidador.

La empresa ha implementado protocolos para asegurar un entorno seguro tanto para los animales como para las personas presentes, adaptando los espacios y capacitando al personal. Este paso ha despertado el interés de otros municipios, como Mataró, donde la Associació Socors i Salvament d’Animals de Catalunya (ASSAC) ha propuesto al Tanatorio Cabré Junqueras permitir la entrada de mascotas bajo un protocolo controlado que contemple requisitos sanitarios y supervisión del personal.

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Aunque la propuesta de ASSAC busca reflejar la creciente sensibilidad hacia los animales como miembros de la familia, el director del tanatorio de Mataró, Josep Maria Mons, ha mostrado reservas. Cita preocupaciones sobre la salubridad y el respeto hacia otras familias como razones para no adoptar esta medida de inmediato, aunque no cierra la puerta a revisarla en el futuro.

En Badalona, el camino ha sido claro: PFB ha trabajado con una empresa certificadora para diseñar procedimientos que protejan tanto a quienes desean la presencia de mascotas como a quienes no. Se han creado espacios diferenciados y protocolos de limpieza reforzada, además de exigir a las familias una declaración sobre el estado sanitario del animal.

Este cambio también refleja una transformación más amplia en el sector funerario. Lo que antes era una idea anecdótica empieza a tomar forma en distintos lugares, con PFB planeando incluso abrir un tanatorio específico para animales en 2026. La propuesta de ASSAC, aunque aún en discusión, plantea un debate necesario sobre los vínculos entre personas y animales y su lugar en los rituales de despedida.

La historia de Badalona y Mataró ofrece una perspectiva sobre cómo los valores familiares y el entendimiento de la pérdida están evolucionando, y cómo los animales, compañeros fieles, pueden formar parte de este proceso de despedida tan íntimo y personal.

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