En Miranda de Ebro, un pueblo de Burgos, la paz de sus calles se ve interrumpida por una inquietante visión: ataúdes vacíos apilados junto al cementerio municipal. Esta situación ha levantado las alarmas entre los vecinos, quienes consideran que la imagen ofrecida es inadecuada y perturba la tranquilidad del entorno. A pesar de estar en un recinto vallado, los féretros son completamente visibles desde el exterior, lo que ha llevado a los ciudadanos a presentar quejas ante el Ayuntamiento.
El consuelo para los habitantes de Miranda llega con la promesa del Ayuntamiento de tomar medidas para abordar este problema. La construcción de un murete perimetral es una de las soluciones propuestas para impedir que los ataúdes sean visibles desde fuera. Además, se está considerando la instalación de un horno específico para la destrucción controlada de la madera de los féretros, lo que mejoraría la gestión de estos residuos y ofrecería una solución más definitiva a la problemática.
El hallazgo de estos ataúdes vacíos resulta chocante para quienes transitan por la zona, generando una sensación de malestar entre los vecinos que buscan proteger la imagen de su querido pueblo. La preocupación es comprensible, ya que el cementerio, un lugar destinado al descanso y la reflexión, se ha convertido inesperadamente en foco de atención por razones no deseadas.
Las autoridades locales están trabajando para resolver esta situación lo antes posible, conscientes del impacto negativo que puede tener en la percepción del municipio. Con el compromiso de mejorar la gestión de residuos y garantizar un entorno más estético y respetuoso, los vecinos de Miranda de Ebro esperan que pronto se restablezca la normalidad y se preserve la dignidad de su comunidad.
El caso de Miranda de Ebro pone de manifiesto la importancia de una adecuada gestión de los elementos asociados a los cementerios, no solo desde una perspectiva funcional, sino también estética y emocional. Mientras se implementan las soluciones propuestas, los vecinos mantienen la esperanza de que pronto podrán pasear nuevamente por su pueblo sin encontrarse con escenas que perturben la paz de su día a día.




