El cortometraje «La Paz de los Cementerios», dirigido por Raquel Troyano, ha logrado un nuevo reconocimiento al ser galardonado como el Mejor Cortometraje Internacional en la XIX edición del Festival Internacional de Cine de Waterford, Irlanda. Este logro suma otro premio a la creciente lista de éxitos de esta obra que aborda un tema sensible y complejo: la pederastia en la Iglesia durante la posguerra.
Basado en hechos reales narrados en la novela «Habitación 222» de Pedro Chavero, el cortometraje no solo expone una dura realidad, sino que también invita a la reflexión sobre un tema que ha sido históricamente silenciado. La participación del reconocido actor Miguel Rellán aporta un valor añadido a esta producción que ha captado la atención del público y la crítica internacional.
Producido en 2024 por Iliada Films, El sueño Eterno Pictures, Pilar Sancho y Televisión Castilla-La Mancha Media, «La Paz de los Cementerios» se adentra en las profundidades de un tema que, aunque incómodo, es necesario abordar. La narrativa del corto no solo busca entretener, sino también informar y sensibilizar sobre las atrocidades cometidas bajo el manto de la religión.
El éxito en el festival de Waterford no es un hecho aislado. El cortometraje ha sido reconocido en diversos eventos cinematográficos, consolidando a Raquel Troyano como una cineasta comprometida con su arte y con los temas que elige explorar. Su enfoque valiente y directo sobre la pederastia en la Iglesia es un testimonio de su dedicación a contar historias que importan, sin importar cuán difíciles sean.
«La Paz de los Cementerios» no es solo un cortometraje; es un llamado a la acción y a la conciencia. En un mundo donde las voces de las víctimas a menudo son silenciadas, esta producción les da un espacio para ser escuchadas. La capacidad de Raquel Troyano para abordar un tema tan delicado con sensibilidad y respeto ha resonado no solo en Irlanda, sino en todo el mundo.
Este reconocimiento en Irlanda es un testimonio del impacto que «La Paz de los Cementerios» ha tenido y seguirá teniendo en el público. A medida que continúa su recorrido por los festivales de cine, el cortometraje sigue siendo un faro de esperanza y un recordatorio de que las historias difíciles deben ser contadas para que nunca se repitan.




