La crisis de obesidad en Gran Bretaña ha llegado a un punto crítico, impactando incluso en el sector funerario. Con un creciente número de personas con sobrepeso, los ataúdes tradicionales ya no son suficientes, lo que está llevando a los crematorios y funerarias a enfrentarse a nuevos desafíos logísticos y económicos.
En la actualidad, los ataúdes estándar de 18 pulgadas de ancho se han quedado atrás ante la demanda de tamaños más grandes, llegando algunos a medir hasta 28 pulgadas. Esta situación ha obligado a los crematorios a instalar hornos más amplios para poder manejar estos ataúdes «voluminosos». Sin embargo, no siempre es posible, lo que lleva a algunas familias a optar por entierros en lugar de cremaciones, como señala Tim Purves, presidente de la Asociación Nacional de Directores de Funerarias en Escocia.
El aumento de la obesidad no solo está transformando la logística funeraria, sino que también genera costes adicionales. Los ataúdes más grandes y los servicios funerarios adaptados a estos casos pueden incrementar el gasto en cientos de libras. Steven Mitchell, fabricante de ataúdes en Essex, ha tenido que adaptar sus modelos para satisfacer esta demanda, llegando incluso a diseñar ataúdes de hasta 39 pulgadas de ancho.
Este problema refleja una tendencia más amplia: el incremento del sobrepeso y la obesidad en el Reino Unido durante las últimas tres décadas. Un informe reciente indica que el 64% de los adultos británicos tienen sobrepeso u obesidad, comparado con el 53% de hace 30 años. Este aumento se atribuye principalmente a dietas poco saludables y estilos de vida sedentarios.
Escocia, en particular, enfrenta un desafío significativo. Un estudio de Public Health Scotland predice que aproximadamente 154.000 personas serán obesas para el año 2040, exacerbando los problemas de salud pública y aumentando el riesgo de muerte prematura. Claire Hyslop, líder organizacional de dieta y actividad física del PHS, enfatiza la necesidad de medidas preventivas urgentes para revertir esta tendencia.
Los directores de funerarias, como Purves, están adaptándose a esta nueva realidad, siempre tratando de mantener el respeto y la dignidad en el servicio, sin importar el tamaño del ataúd. Sin embargo, el aumento de la obesidad plantea retos logísticos y financieros, desde el manejo físico de los ataúdes hasta la necesidad de terrenos de entierro más amplios.
Con el aumento constante de la obesidad, la industria funeraria se encuentra en un cruce de caminos, buscando soluciones prácticas y sostenibles que puedan responder a esta creciente demanda, mientras la sociedad en su conjunto enfrenta las consecuencias a largo plazo de la crisis de obesidad.