El Ayuntamiento de París ha lanzado una iniciativa singular para preservar la historia y el patrimonio de sus cementerios más emblemáticos: Père-Lachaise, Montmartre y Montparnasse. Estos lugares, que desde hace más de un siglo han sido el último hogar de personalidades tan ilustres como Oscar Wilde, Édith Piaf, Jim Morrison y Marcel Proust, están casi completos y necesitan cuidados urgentes para mantener su valor histórico y patrimonial.
En un esfuerzo por mantener estas joyas históricas, la ciudad ha decidido sortear parcelas en estos cementerios a ciudadanos que estén dispuestos a tomar la responsabilidad de restaurar las tumbas que se les asignen. Con un total de 10 tumbas señaladas por cementerio, el Ayuntamiento busca garantizar que estas se mantengan en buen estado, evitando así su abandono y posible deterioro. Las tumbas, muchas de las cuales son consideradas monumentos históricos, requieren una restauración supervisada y aprobada por las autoridades pertinentes.
Los interesados en participar en este sorteo pueden presentar sus solicitudes hasta el 31 de diciembre de este año, con la fecha del sorteo fijada para el 19 de enero de 2026. Sin embargo, no todo es tan sencillo, ya que quienes deseen descansar eternamente en estos prestigiosos cementerios deben comprometerse a restaurar la lápida o monumento correspondiente, aportando presupuestos que avalen la calidad del trabajo. Además, deben comprar uno de los terrenos de manera condicional, con precios que oscilan entre los 500 y los 5.000 euros.
Para muchos, la oportunidad de compartir espacio con figuras icónicas de la historia es una propuesta atractiva. No obstante, el desafío de restaurar adecuadamente una tumba histórica añade un nivel de compromiso que no todos están dispuestos a asumir. Aun así, el Ayuntamiento de París confía en que esta iniciativa no solo ayudará a preservar estos lugares de descanso, sino también a mantener viva la rica historia de la ciudad.
Los cementerios de París, más allá de ser simples lugares de entierro, son testigos de la historia de la ciudad. Con esta medida, las autoridades parisinas buscan no solo preservar el pasado, sino también ofrecer a sus ciudadanos una oportunidad única de formar parte de él. El sorteo, cargado de simbolismo y responsabilidad, promete ser un interesante capítulo en la historia de la preservación patrimonial de París.