Gesmemori
Funsegur

Descubren restos de ataúd en un contenedor del cementerio de San Juan de la Rambla

Descubren restos de ataúd en un contenedor del cementerio de San Juan de la Rambla

Primero fue un rumor en los grupos del barrio. Después, un vídeo. En cuestión de horas, San Juan de la Rambla se descubrió mirando la misma secuencia: lo que parecen ser restos de un féretro, con símbolos religiosos, depositados en un contenedor de basura dentro del cementerio municipal. La escena, breve y cruda, ha bastado para convertir una práctica interna —relacionada, según vecinos, con una exhumación— en un asunto público que exige respuestas.

La conversación no ha tardado en encenderse. En redes sociales, muchos residentes hablan de “desprecio” a los difuntos y a sus familias; otros subrayan el componente simbólico, recordando que no se trata de madera cualquiera, sino de un objeto asociado al duelo y al rito. En paralelo, afloran preguntas más prosaicas: ¿qué protocolos se aplican tras una exhumación?, ¿quién supervisa el destino de los restos materiales?, ¿qué controles sanitarios y medioambientales rigen dentro del recinto?

El impacto emocional es evidente. Quien ha visto el vídeo habla de “imágenes inhumanas”. Quien no, ha recibido suficientes descripciones como para formarse una idea. Y esa idea es la que ha desplazado el debate desde la anécdota a la gestión del camposanto: no se discute solo un gesto concreto, sino la forma en que se protegen la dignidad del recuerdo y el respeto a los símbolos religiosos cuando termina el tiempo de una tumba.

elfunerariodigital

La petición más repetida a lo largo del día es sencilla de resumir: investigar qué ha ocurrido y explicar por qué un ataúd —o sus restos— terminó en un contenedor. Varios usuarios han solicitado de manera explícita al Ayuntamiento una aclaración y, si procede, responsabilidades. Hasta ahora, no hay comunicado oficial del Gobierno local. La ausencia de esa voz añade inquietud a un clima ya tenso.

El calendario, además, aprieta. Con el Día de Todos los Santos a la vuelta de la esquina, cuando las familias acuden a honrar a los suyos, el municipio aspira a llegar a esa fecha con certezas: saber qué protocolos se aplican, cómo se garantizan la higiene, el medio ambiente y el significado religioso de cada objeto que cruza las puertas del cementerio.

San Juan de la Rambla no pide más de lo que cualquier comunidad espera de su camposanto: cuidado en lo práctico, respeto en lo simbólico y transparencia cuando algo falla. Ahora, la pelota está en el tejado institucional. La explicación, aseguran los vecinos, no es un detalle. Es la base para recuperar la confianza.

Scroll al inicio