En la isla de Cerdeña, las Domus de Janas, conocidas como “casas de las hadas” o “casas de las brujas”, revelan un fascinante viaje al pasado. Estas tumbas, excavadas en la roca hace más de 5.000 años, son un testimonio único del Neolítico, con al menos 2.500 ejemplares identificados en la isla, aunque algunos expertos sugieren que podrían ser hasta 3.500. La compleja arquitectura y decoración de estas tumbas subterráneas las convierte en un fenómeno excepcional en el Mediterráneo, destacando especialmente en Cerdeña.
En Sedini, la Domus de Janas más grande se integra en el centro histórico como un museo, reflejando la rica evolución histórica y cultural de la región. A lo largo de los siglos, esta estructura ha sido reutilizada como prisión medieval, cantera, refugio para animales, tienda, y hasta sede de un partido político en el siglo XIX. Actualmente, es un museo etnográfico que preserva tanto la tradición arqueológica como la historia vivida por los habitantes de Sedini. Este uso cambiante a lo largo del tiempo subraya el valor histórico de las Domus de Janas, adaptadas continuamente a las necesidades de cada época.
Más allá de su función funeraria, las Domus de Janas son un ejemplo de un complejo sistema ritual y simbólico. Sus arquitectos neoliticos crearon espacios que imitan elementos domésticos, como dinteles y pilares, para simbolizar la continuidad entre la vida y la muerte. Las decoraciones incluyen cabezas de bóvidos que actúan como guardianes rituales, y patrones geométricos que marcan los umbrales de paso en el viaje hacia el más allá. El uso de colores intensos, especialmente el rojo, simboliza la vida, la sangre y la regeneración.
En 2025, las Domus de Janas fueron reconocidas como Patrimonio Mundial, un reconocimiento a su importancia como testimonio material de las creencias y prácticas rituales del Neolítico europeo. Este legado arquitectónico, escultórico y pictórico conecta a los vivos con los muertos a través de un lenguaje visual y espacial que ha trascendido los milenios. El estudio continuo de estas estructuras ha revelado el avanzado conocimiento de las comunidades neolíticas de Cerdeña sobre simbolismo, organización espacial y arte ritual, confirmando su lugar como auténticos santuarios subterráneos que siguen fascinando a arqueólogos y visitantes.