En la ciudad de Gaza, tras el Hospital Shifa, una fosa común se ha convertido en el último refugio para decenas de cuerpos. Envueltos en telas blancas, son depositados en un hoyo abierto mientras los edificios derrumbados y el zumbido de drones forman el telón de fondo de un duelo constante. En medio de la expansión de la operación terrestre de Israel, las familias se ven obligadas a enterrar a sus seres queridos en este lugar improvisado, temiendo que buscar un entierro digno los ponga en riesgo.
Abu Omar Raduan, de 47 años, explica la difícil decisión de enterrar provisionalmente a Yusef Harb, un gazatí asesinado por disparos de un dron israelí. «Acudir a los cementerios supone arriesgar la vida», relata, con la esperanza de trasladar el cuerpo a un cementerio en el futuro. Sin embargo, la ocupación israelí controla gran parte de Gaza, limitando las opciones para los entierros.
La Franja de Gaza se encuentra en una situación crítica, con el 82% bajo órdenes de evacuación del Ejército israelí o directamente bajo su control militar. Esto deja a muchas familias sin alternativas para despedir a sus seres queridos de manera adecuada. La preocupación de Raduan de que los cuerpos sean profanados o desenterrados por animales refleja el dolor y la desesperación de una comunidad atrapada en un conflicto sin fin.
El acceso limitado a ayuda humanitaria agrava la crisis. Desde octubre de 2023, Israel ha restringido severamente la entrada de bienes básicos a Gaza, complicando aún más la situación para los residentes. En medio de estas restricciones, la vida cotidiana se ha vuelto una lucha constante por la supervivencia.
Sabah Abd Rabbu Raduan, originaria de Jabalia, vela la tumba de su hijo Mohammad. La lápida improvisada es un testimonio del sufrimiento y la dignidad que persisten incluso en las condiciones más adversas. Mohammad murió de cáncer de estómago en septiembre, y su familia recuerda la impotencia de no poder proporcionarle lo que necesitaba en sus últimos días.
La ofensiva israelí en Gaza ha tenido un costo devastador, con más de 65,000 palestinos muertos desde octubre de 2023, incluidos más de 19,000 menores. Las cifras no reflejan el total de quienes mueren por falta de medicinas o tratamientos adecuados, una realidad que se suma a la trágica estadística de la guerra.
Mientras el conflicto continúa, las familias en Gaza se enfrentan a la dolorosa realidad de enterrar a sus muertos en fosas comunes. En un paisaje marcado por la destrucción y el sufrimiento, la comunidad sigue buscando maneras de honrar a sus seres queridos, incluso cuando el mundo parece haberles dado la espalda. La resiliencia y la fe en Dios son las únicas certezas en medio de la incertidumbre que envuelve a Gaza.
