Un escándalo sacude a Bélgica tras la revelación de prácticas irregulares por parte de varias funerarias. Según una investigación realizada por la radiotelevisión pública flamenca VRT, estas empresas están siendo acusadas de entablar acuerdos inapropiados con residencias de ancianos y al menos un hospital, donde a cambio de regalos y dinero, se les permitía recoger cadáveres sin el consentimiento previo de las familias.
La denuncia, que será expuesta en el programa de televisión para consumidores WinWin, revela un panorama preocupante. Testigos han señalado que en algunas instituciones, como el hospital ZAS Middelheim de Amberes, las funerarias tienen contratos fijos para manejar a los fallecidos, a pesar de que la ley belga otorga a las familias el derecho de elegir la funeraria de su preferencia para los servicios funerarios.
Algunas familias se enteraron del traslado de sus seres queridos solo después de que ya había ocurrido, lo que generó indignación y malestar. En ciertos casos, los empleados de las funerarias regresaban repetidamente a las mismas residencias, entregando regalos o dinero para obtener acceso a los cadáveres. Un testigo afirmó que estos acuerdos podrían implicar hasta 250 euros por cada cuerpo.
Documentos internos, a los que tuvo acceso el programa WinWin, sugieren que la dirección del hospital mencionado estaba al tanto de estas prácticas. Sin embargo, investigaciones anteriores sobre este tema se abandonaron por falta de pruebas concretas. Johan Dexters, presidente de la asociación de empresas del sector, reconoció la existencia de estos acuerdos y admitió que la asociación tiene pocas herramientas para prevenirlos, más allá de advertir a quienes infringen las normas.
El escándalo ha generado un fuerte debate sobre la ética y la regulación en el sector funerario belga. Mientras las autoridades investigan estas acusaciones, la confianza del público en algunas empresas funerarias está en juego. Este caso pone de manifiesto la necesidad de una mayor transparencia y control en la industria para proteger los derechos de las familias en momentos tan delicados como la pérdida de un ser querido.