Cantabristas reclama atención urgente al cementerio civil de Ciriego en Santander

Cantabristas reclama atención urgente al cementerio civil de Ciriego en Santander

El Cementerio Civil de Ciriego en Santander, un lugar de reposo para figuras relevantes de la historia local, enfrenta una situación que ha despertado la indignación del partido Cantabristas. La agrupación ha denunciado el estado de «abandono» del cementerio, donde las tumbas rotas, lápidas dañadas y sepulturas históricas invadidas por la vegetación incontrolada son testimonio de una gestión negligente.

Este cementerio, con más de un siglo de antigüedad, está bajo la responsabilidad del Ayuntamiento de Santander a través de la empresa Sociedad Cementerio Jardín S.A., en la que el consistorio tiene una participación total. La alcaldesa Gema Igual, del Partido Popular, es señalada como la máxima responsable de su conservación.

Cantabristas considera «inaceptable» que este patrimonio histórico esté en tal estado de deterioro. Personalidades como el político y poeta Rufino Macho, el escritor anarquista Emilio Carral, y el concejal republicano Francisco Toledo reposan en este lugar, junto a las fosas comunes de republicanos represaliados por el franquismo. La agrupación resalta que el abandono del cementerio es una falta de respeto a la memoria de quienes contribuyeron a la cultura, ciencia, política y defensa de valores progresistas y democráticos.

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El partido exige acciones inmediatas para la restauración y limpieza de las tumbas, así como la poda de la vegetación que las perjudica. Además, reclama que el Ayuntamiento asuma sus responsabilidades en la preservación patrimonial conforme a la legislación vigente. Para Cantabristas, el cuidado del patrimonio funerario es esencial para mantener viva la memoria histórica y cultural de la ciudad.

La situación del Cementerio Civil de Ciriego no solo es una cuestión de gestión local, sino que refleja una problemática más amplia sobre cómo las ciudades preservan y valoran su patrimonio histórico. Cantabristas advierte que la protección de estos lugares es una obligación que debe ser cumplida con los recursos públicos adecuados, garantizando que la historia no se pierda entre el abandono y el olvido.