Leon Lim, un joven de 30 años, decidió dejar atrás un futuro prometedor en el sector tecnológico para embarcarse en una nueva aventura: dirigir una funeraria junto a su pareja, Rachael Tay. Esta decisión, que sorprendió a muchos, fue el resultado de una profunda reflexión sobre el tipo de impacto que deseaba tener en el mundo.
Lim, graduado en ingeniería informática por la Universidad Nacional de Singapur, comenzó su carrera en una agencia tecnológica gubernamental especializada en ciberseguridad. En poco tiempo, su trayectoria profesional le aseguraba un sueldo de seis cifras y una inminente posición directiva. Sin embargo, en 2024, sintió la necesidad de un cambio radical.
El detonante fue observar a su esposa Rachael, quien dirigía con pasión el negocio funerario familiar. El contraste entre su empleo, centrado en sistemas y pantallas, y el trabajo de Rachael, profundamente humano y lleno de significado, le hizo replantearse sus prioridades. Leon entendió que deseaba una vida profesional que no solo se midiera en términos económicos, sino también en satisfacción personal y contribución social.
Dejar su carrera tecnológica no fue fácil. Implicaba una reducción salarial del 20%, pero para Lim, el nuevo camino era más gratificante. La industria funeraria le presentaba retos significativos y, al mismo tiempo, oportunidades para marcar la diferencia en la vida de las personas en momentos críticos.
Adaptarse al entorno funerario, donde cada día es impredecible, fue un desafío. A diferencia de su vida anterior, estructurada y predecible, ahora trabaja con familias en duelo, quienes necesitan apoyo y compasión. Aprender a equilibrar la empatía con la eficacia fue esencial para Lim, quien agradece el apoyo de Rachael y su familia en este proceso.
A pesar de las largas jornadas y el desgaste emocional, Lim no se arrepiente de su decisión. Para él, el sector funerario es un campo con un potencial de innovación aún por explorar. La pareja, consciente de las oportunidades que la tecnología puede ofrecer, ha implementado herramientas de inteligencia artificial para facilitar el proceso funerario. Un chatbot que responde preguntas frecuentes y un planificador virtual son algunas de las iniciativas que Leon ha liderado, aprovechando su experiencia tecnológica.
Rachael y Leon forman un equipo complementario. Mientras ella aporta creatividad, él añade lógica y estructura, una combinación que ha permitido modernizar un negocio con décadas de historia. Juntos, trabajan para hacer accesible el proceso funerario a las generaciones más jóvenes, adaptando la tradición a los tiempos modernos.
El cambio de Leon Lim no solo representa una transición personal, sino también el potencial de la industria funeraria para evolucionar y adaptarse a las necesidades de la sociedad actual. Su historia es un recordatorio de que, en ocasiones, el verdadero éxito profesional se encuentra en seguir el llamado del corazón y en buscar una vida con propósito más allá de los números.
