La ciudad ecuatoriana de Milagro, con una población de 200.000 habitantes, se encuentra en una encrucijada crítica respecto a sus servicios funerarios. El único cementerio municipal está al borde del colapso, una situación que impacta directamente en la salud pública y la planificación urbana de la región.
El cementerio, ubicado en el centro del cantón, ha alcanzado su capacidad máxima, obligando a muchas familias a buscar alternativas privadas o informales para sepultar a sus seres queridos. Esta situación ha generado desigualdades en el acceso a servicios funerarios, además de riesgos sanitarios y ambientales.
Laura Mendoza, una residente de 59 años, ilustra la desesperación de muchos ciudadanos. A menudo visita las tumbas de sus familiares, cargando con las herramientas necesarias para mantener los nichos en condiciones aceptables. «Uno mismo tiene que venir a pintar, arreglar los nichos, cortar la maleza,» comenta, reflejando el deterioro y la falta de mantenimiento del cementerio.
A pesar de que aproximadamente el 20% de los nichos permanecen vacíos, estos ya tienen propietarios que los han adquirido hace años. Esto ha llevado a un crecimiento vertical desordenado del cementerio, donde los propietarios construyen nuevos nichos según sus posibilidades financieras.
Frente a esta crisis, el municipio de Milagro ha diseñado un plan para construir un nuevo cementerio. Tras evaluar 10 terrenos, se ha elegido un predio de 5,44 hectáreas en la vía a Carrizal, que cuenta con las condiciones necesarias para desarrollar un equipamiento funerario moderno y accesible.
Con una inversión prevista de USD 1,2 millones, el nuevo cementerio incluirá bóvedas, áreas verdes, y servicios complementarios, asegurando una infraestructura adecuada para las próximas décadas. Se espera que la contratista sea seleccionada en septiembre y que la obra esté lista en 240 días.
Este proyecto busca aliviar la presión sobre el cementerio actual y ofrecer un servicio funeral público de calidad, con visión a largo plazo. En Milagro, la construcción de este nuevo cementerio es vista como una necesidad urgente, esencial para preservar la dignidad y bienestar de sus ciudadanos en momentos de pérdida.