Perros terapeutas transforman el duelo en los tanatorios

Perros terapeutas transforman el duelo en los tanatorios

Los tanatorios, tradicionalmente percibidos como espacios solemnes, están evolucionando para ofrecer un acompañamiento emocional más humanizado. En el tanatorio de la Ronda de Dalt de Barcelona, una innovadora iniciativa está marcando la diferencia: la terapia asistida con perros. Esta propuesta, impulsada por la funeraria Àltima en colaboración con el Centre de Teràpies Assistides amb Cans (CTAC), ha demostrado ser un «bálsamo» para quienes atraviesan momentos de pérdida.

Eva Domènec, responsable de las Intervenciones Asistidas con Animales (IAA) del CTAC, explica que la presencia de un perro en un momento emocionalmente delicado puede ofrecer un consuelo irremplazable. «Los perros, más allá de las palabras, ofrecen una presencia que es reconfortante», señala Domènec, destacando que la interacción con estos animales es natural y espontánea, generando sonrisas y brindando un amor incondicional que mejora la experiencia del duelo.

La iniciativa, gratuita para los usuarios, permite la interacción con los perros en diferentes espacios del tanatorio, siempre bajo la supervisión de un técnico especializado. Esta práctica, inspirada en experiencias de otros países, ha demostrado tener un impacto positivo en la salud emocional, reduciendo el estrés y la tristeza, tal como destaca Joan Ventura, consejero delegado de Àltima.

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Particularmente, los niños se benefician del contacto con los perros, logrando gestionar mejor la pérdida de un ser querido. Ventura subraya que la presencia de un perro en el tanatorio puede cambiar la percepción del entorno, transformando un espacio de tristeza en uno de consuelo y esperanza.

Todos los perros que participan en el programa son cuidadosamente seleccionados y adiestrados para trabajar en entornos emocionalmente intensos. «Buscamos animales con un temperamento equilibrado, entrenados para ser y estar, más que para hacer trucos», explica Domènec.

Esta iniciativa supone un paso audaz hacia la humanización de los tanatorios, adaptándolos a las necesidades emocionales de las familias. La prueba piloto ha tenido resultados positivos, y Àltima ya considera ampliar el programa a otros tanatorios, reconociendo que cada situación emocional es única y que el apoyo de los perros puede ser especialmente valioso en casos de muertes traumáticas o inesperadas.

Así pues, las intervenciones asistidas con animales no solo ofrecen consuelo en momentos de duelo, sino que también mejoran la calidad de vida en diversos entornos, desde escuelas hasta hospitales. La relación con estos animales genera motivación, responsabilidad y bienestar, convirtiéndose en un recurso invaluable para el acompañamiento emocional.