La seguridad en los cementerios de Barcelona está a punto de experimentar una transformación significativa. Cementiris de Barcelona ha decidido intensificar la videovigilancia en ocho de los nueve camposantos de la ciudad, planeando la instalación de 92 nuevas cámaras. Esta iniciativa surge después de una serie de robos que conmocionaron la ciudad hace dos años, cuando 162 nichos del cementerio de Montjuïc fueron profanados.
La gran necrópolis de Montjuïc, con sus 560.000 metros cuadrados, recibirá el mayor número de cámaras, 35 en total. Le seguirán el cementerio de Sant Andreu con 13, Sant Gervasi con 11, y otros cementerios de la ciudad que también se beneficiarán de este refuerzo. La intención es cubrir los accesos principales, el perímetro, y los pasos interiores, mejorando así la seguridad en estos espacios.
El contrato para la adquisición e instalación de estas cámaras implica un coste de 1,09 millones de euros, y se estima un plazo de 13 meses para su implementación completa. Cementiris de Barcelona busca pasar de un modelo reactivo a uno proactivo de seguridad, permitiendo a los vigilantes anticiparse y prevenir intrusiones o comportamientos inusuales.
Además de la videovigilancia, se incorporarán 14 equipos de lectura de matrículas en Montjuïc, y se instalarán sistemas de alarma antiintrusos en cinco cementerios, incluyendo Les Corts y Sant Gervasi. El objetivo es supervisar el flujo de personas y vehículos y mejorar la seguridad general.
La memoria justificativa del proyecto destaca la importancia de utilizar la información visual de manera activa para apoyar decisiones en tiempo real. En este sentido, Montjuïc contará con 35 terminales adicionales, ampliando la cobertura en 20 puntos que actualmente carecen de videovigilancia.
El contrato también contempla sensores contra intrusiones y dispositivos con mirada panorámica para garantizar una supervisión exhaustiva. La inversión de más de un millón de euros se distribuye de manera que Montjuïc recibe la mayor parte del presupuesto, seguido de Sant Andreu y Les Corts.
Esta medida se presenta como una respuesta a la necesidad de mejorar la seguridad en los cementerios de Barcelona, asegurando que estos lugares de descanso final y memoria se mantengan protegidos y respetados.