El Ayuntamiento de Lugo ha dado un paso innovador al abrir el primer cementerio público de mascotas en Galicia. Este nuevo espacio, adyacente a la necrópolis de San Froilán, abarca 800 metros cuadrados y ha requerido una inversión significativa de 141.570 euros. La iniciativa busca ofrecer un lugar digno para el recuerdo de los animales de compañía, que son parte esencial de muchas familias.
La concejala de Participación Ciudadana, Cristina López, ha destacado que el cementerio es un recinto cerrado que cuenta con una zona ajardinada, equipada con bancos y otros elementos que crean un ambiente íntimo y respetuoso para el recuerdo de las mascotas fallecidas. Este camposanto no solo es un lugar de descanso final, sino también un espacio pensado para el consuelo de quienes desean honrar la memoria de sus compañeros animales.
El diseño del cementerio ha sido cuidadosamente planificado, utilizando materiales naturales que se integran armoniosamente en el entorno. Además, se han creado diferentes áreas para el reposo de los restos incinerados, así como para las chapas o cadenas de las mascotas. El cementerio tiene la capacidad de albergar las cenizas de 320 mascotas en columbarios individuales, además de un espacio común para su depósito. Los visitantes del cementerio podrán disfrutar de la sombra proporcionada por 19 árboles que rodean un paseo de hormigón decorado con huellas de animales.
El teniente de alcalde, Rubén Roxo, explicó que las unidades de enterramiento se otorgarán en régimen de concesión administrativa por cinco años, con posibilidad de prórroga. El horario de apertura del cementerio será el mismo que el del Cementerio Municipal de San Froilán. Esta iniciativa llega en un momento en que Lugo presenta una singularidad demográfica: la ciudad tiene casi el doble de mascotas que de niños, con cerca de 25.000 mascotas registradas según el Rexistro Galego de Identificación de Animais de Compañía (Regiac), frente a los 12.894 niños menores de 15 años registrados por el Instituto Nacional de Estadística (INE).
Con la apertura de este cementerio, el Ayuntamiento de Lugo responde a una demanda creciente y proporciona un servicio necesario para los ciudadanos que consideran a sus mascotas como miembros de la familia. Este espacio no solo honra la memoria de los animales fallecidos, sino que también se erige como un símbolo del amor y el respeto hacia ellos.