La reciente aprobación de la guía de sanidad mortuoria por parte del Ministerio de Sanidad y las comunidades autónomas ha puesto sobre la mesa la necesidad de homogeneizar la formación en tanatopraxia en España. Este documento, aunque orientativo, busca armonizar la regulación y los procedimientos post mortem en todo el país, estableciendo criterios comunes y buenas prácticas para el sector funerario.
Uno de los aspectos más destacados es la exigencia de formación especializada para quienes practican la tanatopraxia. Además del título de Medicina, se contempla la cualificación profesional de Tanatopraxia, conforme al Real Decreto de 2011, que forma parte del Catálogo nacional de cualificaciones profesionales. Esta normativa también incluye otras especialidades sanitarias como la higiene bucodental y la salud ambiental.
El documento subraya la importancia de que los profesionales responsables de la refrigeración y congelación de cadáveres cuenten con la formación adecuada. Estos deberán emitir un acta detallando el método y las sustancias utilizadas, asegurando que son las adecuadas para los fines propuestos. Una copia de esta acta quedará registrada en el Libro de Registros del tanatorio.
La guía destaca la necesidad de que las empresas funerarias se encarguen de que su personal esté debidamente formado y preparado para cumplir con estas normativas. Este esfuerzo por homogeneizar la sanidad mortuoria responde a la heterogeneidad normativa que caracteriza actualmente a las diferentes comunidades autónomas, afectando aspectos clave como los plazos y autorizaciones para traslados y la gestión de fallecimientos en contextos de emergencia sanitaria.
En este contexto, se proponen iniciativas para mejorar la formación del personal funerario en aspectos relacionados con la diversidad religiosa y cultural, así como en habilidades de comunicación y acompañamiento respetuoso a las familias. También se sugiere la elaboración de protocolos para situaciones de catástrofes o fallecimientos múltiples que consideren la variable cultural y religiosa.
La guía representa un avance hacia una gestión más coherente y respetuosa de la sanidad mortuoria en España, asegurando que los servicios funerarios se realicen con el decoro y profesionalismo que merecen las familias en momentos tan delicados.