Telde enfrenta su crisis de gestión en cementerios con vergonzosa sentencia judicial

Telde enfrenta su crisis de gestión en cementerios con vergonzosa sentencia judicial

En Telde, los cementerios de San Juan y San Gregorio se han convertido en un reflejo de la negligencia administrativa que afecta a la ciudad. Un abandono que ha culminado en una sentencia judicial que expone la falta de gestión adecuada y la indiferencia hacia las promesas incumplidas de los responsables municipales. Juan Martel, el concejal irónicamente apodado «Súper Concejal», se encuentra en el ojo del huracán por su incapacidad para gestionar el correcto funcionamiento de estos espacios sagrados.

Durante años, los vecinos de Telde han denunciado el deterioro visible de los cementerios: lápidas rotas, maleza descontrolada y una suciedad que parece ignorada por la administración local. Las promesas de Martel de «poner orden» se han quedado en meras palabras. Además, su compromiso de eliminar a Valora, la empresa recaudadora de impuestos que tanto incomoda a los ciudadanos, también ha sido una promesa vacía.

El escándalo alcanzó su punto álgido con una sentencia del Juzgado de lo Contencioso-Administrativo número 3 de Las Palmas de Gran Canaria, que condenó al Ayuntamiento de Telde a indemnizar a la familia Santana Santana con 2.500 euros. La razón: el entierro erróneo de una persona desconocida en su nicho familiar, un error que el propio consistorio reconoció, causando un daño moral significativo a la familia afectada.

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El fallo judicial es claro: hubo un «defectuoso funcionamiento municipal» y una vulneración de los derechos de la familia, que no podrá utilizar su tumba hasta 2027. El Ayuntamiento, avergonzado, ha ofrecido un nicho provisional a la familia, mientras asume la responsabilidad de su error.

Juan José Ramírez, uno de los afectados, describe el trato recibido por los responsables municipales como altivo y desinteresado, una falta de empatía que solo se corrigió gracias a la intervención del actual alcalde Juan Antonio Peña, entonces en la oposición. Sin embargo, este incidente no es un hecho aislado, sino un síntoma de un sistema que ha fallado repetidamente.

La gestión de los cementerios en Telde ha sido históricamente caótica, y los errores son el resultado de años de negligencia acumulada. La responsabilidad recae en quienes han ostentado el poder y han fallado en sus deberes, comenzando por Juan Martel, cuyo historial político se está viendo más marcado por sus fallos que por sus logros.

En Telde, ya no bastan las excusas ni las promesas recicladas. Es hora de que la administración asuma su responsabilidad, actuando con transparencia y respeto hacia los ciudadanos. Porque el abandono de los cementerios no es solo una cuestión de imagen, sino de humanidad, y Telde, lamentablemente, ha perdido la suya hace tiempo.