El Tour de Francia, una de las competiciones ciclistas más emblemáticas del mundo, no solo captura la atención de los amantes del ciclismo, sino que también inspira ideas inesperadas y audaces. En Valenciennes, durante la tercera etapa de esta icónica carrera, la agencia PFG (Pompes Funèbres Générales) sorprendió a los transeúntes con un escaparate poco convencional: ataúdes pintados con los colores de los maillots más representativos del Tour.
Esta peculiar iniciativa se hizo visible en la Place d’Armes de Valenciennes, donde la funeraria exhibió tres ataúdes decorados con los icónicos colores del Tour: el amarillo del líder general, el blanco con puntos rojos de la montaña y el verde de la clasificación por puntos. Este inusual tributo al ciclismo no pasó desapercibido, generando una notable repercusión tanto en la ciudad como en el resto del país, e incluso más allá de las fronteras francesas.
Detrás de esta audaz propuesta hay un mensaje profundo. «Con motivo del paso del Tour por nuestra ciudad, hemos querido dar luz, con un toque de audacia, a otro tipo de viaje: el de la vida», se lee en un cartel en el escaparate. La funeraria busca transmitir que cada camino es único, y que cada despedida merece ser acompañada con respeto y personalidad.
El impacto de esta iniciativa no tardó en llegar a las redes sociales y los medios de comunicación, donde fue ampliamente comentada. El alcalde de Valenciennes llegó a calificar la idea de «brillante». Con esta maniobra, PFG no solo desafía las convenciones, sino que también demuestra que hasta los elementos más solemnes, como un ataúd, pueden tener un toque de personalización y creatividad sin perder el respeto y la solemnidad que la ocasión requiere.
La funeraria ha conseguido, con esta propuesta, captar la atención de muchos, demostrando que el arte de la publicidad puede encontrar inspiración en los lugares y eventos más insospechados. Además, ha dejado claro que la personalización y el respeto pueden ir de la mano, incluso en los momentos más difíciles de la vida.