En el corazón de Usera y Villaverde, la instalación de una chimenea en el Tanatorio de la M40 ha encendido las alarmas de los vecinos, quienes temen la inminente apertura de un crematorio por parte de la empresa Parcesa. A pesar de que el recurso judicial contra la concesión de la licencia aún está pendiente de resolución, Parcesa ha avanzado en los trabajos, desatando el temor de la comunidad.
El pasado 23 de marzo, la última manifestación en contra del proyecto dejó claro el rechazo vecinal. Sin embargo, la compañía no ha detenido las obras, generando preocupación por las posibles emisiones tóxicas que podrían afectar la salud de los residentes, especialmente de los niños que asisten a las cercanas instituciones educativas, y los usuarios de instalaciones comerciales y de ocio situadas en las proximidades.
El temor no es infundado. Las asociaciones vecinales han señalado que las emisiones de los crematorios pueden incluir elementos tóxicos como mercurio, dioxinas y furanos, entre otros. Esta preocupación se agudiza dado que las zonas residenciales de San Fermín y El Espinillo son las más cercanas a la ubicación del crematorio, exponiéndolas directamente a sus posibles efectos negativos.
En respuesta a esta situación, los colectivos vecinales han intensificado sus acciones. En una reciente asamblea, decidieron no solo movilizarse nuevamente, sino también llevar el asunto al Parlamento Europeo. Además, han impulsado una campaña en Change.org, donde más de 1.200 personas ya han firmado su compromiso de no utilizar los servicios de Parcesa, manifestando su rechazo a ser trasladados a sus instalaciones.
No es la primera vez que Parcesa intenta abrir un crematorio. Anteriormente, sus propuestas en San Sebastián de los Reyes y Pozuelo fueron rechazadas debido a la proximidad a viviendas. Sin embargo, en el sur de Madrid, el camino parece estar más despejado para la empresa, lo que ha generado indignación entre los vecinos, quienes denuncian que los informes medioambientales y de salud son tratados de manera diferente en esta parte de la ciudad.
El año pasado, más de 16.000 firmas en papel fueron entregadas al Ayuntamiento de Madrid en contra de esta instalación. No obstante, el miedo persiste, especialmente porque el verano podría ser el momento elegido para otorgar la licencia de actividad que permitiría a Parcesa operar el crematorio. Con un historial de intentos fallidos en otras localidades, la empresa parece decidida a establecerse en esta área, pese a la fuerte oposición local.
Las asociaciones vecinales de Usera y Villaverde se mantienen firmes en su lucha por proteger su salud y su entorno. Continúan organizando campañas de concienciación y buscando apoyo a nivel nacional e internacional, con la esperanza de que sus voces sean escuchadas antes de que sea demasiado tarde. Su lucha es un ejemplo de resistencia comunitaria ante decisiones empresariales que consideran perjudiciales para su bienestar y calidad de vida.