En un lugar donde el paso del tiempo no solo se mide en fechas, sino también en piedra, silencio y memoria, el cementerio municipal de Alcoy se prepara para un nuevo capítulo. El Ayuntamiento ha preadjudicado la construcción de 168 nuevos nichos a la empresa local Cantó Obras S.L., como parte de una actuación que busca no solo ampliar capacidad, sino también dignificar el entorno funerario de la ciudad.
La intervención contempla la demolición de uno de los bloques de sepulturas más deteriorados y su posterior reconstrucción, en una operación valorada en 141.900,87 euros (IVA incluido). Aunque el presupuesto supone apenas una leve rebaja respecto al importe inicial de licitación, lo verdaderamente importante está en los plazos: la obra deberá ejecutarse en dos meses desde la firma del acta de replanteo. El concejal de Obras y Servicios, Jordi Martínez, ha expresado su confianza en que los trabajos estén finalizados antes de que termine el verano.
El cementerio, que afronta desde hace tiempo la escasez de espacio, encuentra en esta actuación una solución parcial pero necesaria. Y es que la mayor parte de las sepulturas disponibles en la actualidad están en las galerías subterráneas, lo que ha motivado la necesidad de crear nuevas unidades en superficie para responder a la demanda real de la ciudadanía.
A esta línea de actuación se suma una estrategia complementaria impulsada por el Ayuntamiento: recuperar sepulturas sin uso o con concesión caducada, tanto en superficie como bajo tierra. Además, se ha iniciado la reconstrucción progresiva de los 14 bloques más antiguos del recinto, muchos de los cuales presentan daños estructurales. La actual licitación se corresponde con el segundo bloque de este plan, tras la recuperación del primero hace dos años.
Cinco empresas presentaron ofertas a este proceso, aunque solo cuatro pasaron la criba técnica. La propuesta de Cementerios y Tanatorios Abad S.L. fue descartada por no cumplir con los requisitos del pliego.
Con la futura adjudicación formal, Alcoy da un nuevo paso hacia una gestión funeraria más eficaz, respetuosa y adaptada a las necesidades de su población. Porque también en los cementerios se escribe el futuro de una ciudad.
