Una noche cualquiera en una discoteca de Valladolid se tornó en un episodio insólito cuando una mujer apareció con un baúl que contenía los huesos de su padre. Estos restos habían sido enviados desde Galicia, doce años después de su trágica muerte en un accidente ferroviario en Ourense.
El inusual suceso dejó perplejos a los asistentes del local nocturno, que no tardaron en alertar a las autoridades. Aunque la razón detrás de su decisión de llevar los restos a la discoteca sigue siendo un misterio, lo cierto es que la historia detrás de estos huesos es igual de sorprendente.
El fallecido, un hombre de mediana edad, murió en 2013 arrollado por un tren. Sin poder ser identificado en ese momento, fue enterrado en una fosa común. Sin embargo, se tomaron muestras de ADN con la esperanza de que algún día sus familiares pudieran reclamarlo.
Doce años después, su hija logró identificar a su padre a través de estas pruebas genéticas. Solicitó entonces a la justicia gallega la exhumación y el traslado de los restos a Valladolid, donde reside actualmente. Las autoridades accedieron, pero en lugar de enviarle una urna con las cenizas, como es habitual, le remitieron un baúl con los huesos.
La llegada de la mujer con el baúl a la discoteca provocó la intervención de la Guardia Civil, que verificó la legalidad de la documentación del traslado. No se encontró ningún delito, ya que los papeles estaban en regla y la mujer era la familiar más cercana del difunto.
Ahora, el caso está en manos de la justicia gallega, que deberá aclarar por qué los restos fueron entregados de esta manera y no incinerados. Mientras tanto, los huesos permanecen bajo custodia de las autoridades a la espera de una resolución judicial.
El Norte de Castilla informa que el Tribunal Superior de Justicia de Galicia está revisando el protocolo seguido durante la exhumación y entrega, y las razones detrás de esta inusual cadena de eventos, en un caso que sigue capturando la atención de muchos.
