No es solo arte, ni música, ni un animal que se acerca para ser acariciado. Es conexión. Es memoria. Es, en muchos casos, la chispa que reactiva la sonrisa en un rostro apagado. Así viven muchos mayores de la Comunidad de Madrid las sesiones de las Aulas Mémora, una iniciativa impulsada por Fundación Mémora que apuesta por un envejecimiento activo, saludable y, sobre todo, humano.
Durante 2024 y el primer trimestre de 2025, más de 1.500 personas mayores participaron en 69 sesiones celebradas en una treintena de residencias y centros médicos de la región. Pero este número no es solo una estadística: son 1.500 historias, cada una con su ritmo, su fragilidad y sus recuerdos, que encontraron en estas actividades una vía para reconectar consigo mismos y con el mundo que les rodea.
Las Aulas Mémora no son clases al uso, sino espacios de encuentro donde la risoterapia, la musicoterapia, la flamencoterapia o la terapia asistida con animales se convierten en herramientas para trabajar la autoestima, la motricidad, la memoria o el simple placer de compartir una experiencia. Cada carcajada compartida o cada acorde de guitarra sirve para abrir puertas internas que muchas veces el paso del tiempo había cerrado.
Además, y en un gesto que no suele tener tanta visibilidad como merece, estas sesiones también han incluido apoyo al duelo, una parte esencial en la vida de muchas personas mayores que conviven con la pérdida. Aquí, Fundación Mémora ofrece acompañamiento emocional, sin prisa, sin presiones, simplemente estando y escuchando.
José Joaquín Pérez, director general de la Fundación, lo resume con claridad: “Queremos que las personas mayores cuenten con herramientas para envejecer de forma activa y autónoma. Estas terapias complementarias son una forma directa de mejorar su calidad de vida, tanto física como emocionalmente”.
La experiencia en Madrid es solo una parte del proyecto. A nivel nacional, la Fundación ha organizado ya más de 475 Aulas Mémora, consolidando una red de cuidados alternativos que complementa la atención sanitaria tradicional con algo tan simple y poderoso como el bienestar emocional.
En un tiempo en el que se habla mucho de longevidad, Mémora recuerda que no se trata solo de vivir más años, sino de vivirlos con sentido.
