Una simple visita familiar durante un puente festivo ha abierto la puerta a siglos de historia olvidada. Una joven que paseaba por Altobar de la Encomienda observó restos óseos mientras curioseaba las obras de una antigua casa, justo frente a la iglesia de la localidad. Su rápida reacción llevó a la intervención de la Guardia Civil y la policía científica.
La vivienda, antaño residencia del cura y vendida recientemente por el Obispado de León, está siendo restaurada desde hace meses. Durante los trabajos de nivelación del terreno, aparecieron los huesos. Nadie en el pueblo recordaba que ese lugar pudiera haber sido un cementerio. Sin embargo, la hipótesis cobra fuerza: antiguamente, muchas iglesias contaban con cementerios anexos en sus patios traseros.
De confirmarse, los restos corresponderían a un camposanto de varios siglos de antigüedad, enterrando bajo sus cimientos una parte esencial de la historia local.
Ahora, los especialistas trabajan para identificar los huesos y determinar su antigüedad. Mientras tanto, el hallazgo ha despertado el asombro y el interés de los vecinos, que observan cómo su propio pasado resurge desde el subsuelo.