Pollença se preparaba para abrir su segunda escoleta pública. En plena construcción del nuevo centro infantil, junto al colegio Joan Mas, la historia se hizo presente. Bajo el terreno, utilizado durante años como aparcamiento municipal, emergieron restos humanos. Las obras acababan de tropezar con un antiguo cementerio del siglo XIX.
No es la primera vez que el subsuelo de Pollença habla. Durante las reformas de la antigua Pescateria ya aparecieron restos de época islámica. Esta vez, los indicios apuntan a un cementerio más reciente, cuyos cuerpos fueron trasladados años atrás al camposanto actual, aunque no todos, al parecer.
El hallazgo ha obligado al Ajuntament a activar el protocolo arqueológico. Se ha contratado a una especialista para evaluar la situación y ya se tramita la notificación al Consell de Mallorca, tal y como exige la ley. En un plazo de 72 horas, el descubrimiento debe quedar documentado oficialmente.
¿Y ahora qué? La incógnita está en si los restos deberán ser exhumados o no, lo que podría retrasar el plazo previsto de nueve meses para concluir las obras del nuevo centro educativo.
La futura escuela, que ocupará casi 600 metros cuadrados y tendrá capacidad para 74 alumnos, sigue en pie… por ahora. Pero su historia ya ha cambiado. Bajo sus cimientos, una capa de memoria ha salido a la luz. Un recuerdo enterrado del pasado que obliga a parar, mirar atrás y respetar.Restos humanos del siglo XIX interrumpen la construcción de una escuela infantil