Más que entretenimiento: el teatro infantil se convierte en herramienta de apoyo emocional para niños afectados por la DANA

Más que entretenimiento: el teatro infantil se convierte en herramienta de apoyo emocional para niños afectados por la DANA

El telón se alza y, por un momento, las risas y la magia del teatro envuelven a un público muy especial: más de 1.200 niños y niñas que han vivido de cerca las secuelas de la DANA. Estos pequeños espectadores, alumnos de diferentes colegios de Paiporta, Catarroja, Alfafar y Massanassa, han encontrado en el teatro algo más que una distracción: una forma de procesar sus emociones y aprender a gestionar la pérdida.

En tiempos difíciles, los adultos suelen ser el foco de atención, mientras que los niños quedan en un segundo plano, enfrentándose en silencio a la tristeza y la incertidumbre. Pero en esta ocasión, el teatro ha sido su refugio. Gracias a la compañía Pampol Teatro y al patrocinio de PANASEF, junto con empresas como Enalta, Grupo ASV, Grupo Mémora y la Empresa Funeraria Municipal de Palma, se han llevado a cabo 12 funciones especialmente diseñadas para acompañar a los más pequeños en su proceso de duelo.

Las representaciones han girado en torno a la obra “Quisiera”, un álbum ilustrado que aborda el duelo de una manera sensible y accesible para los niños. Las funciones no solo han ofrecido momentos de alegría, sino que han abierto espacios de conversación, permitiendo que los menores expresen sus sentimientos de una forma natural y segura.

“Ha sido un proyecto necesario cuando, como en esta ocasión, se trata de recuperar la parte emocional y acompañar en el duelo al alumnado más pequeño. En todos los colegios ha sido una actividad muy valorada, muy necesaria para caminar hacia la tan añorada normalidad. Al acabar las funciones, los mensajes de agradecimiento del profesorado y los abrazos recibidos de los niños nos dejan con la sensación del trabajo bien hecho”, expresa Mario Caballero, de Pampol Teatro.

El recorrido teatral comenzó en un escenario muy especial: la Facultad de Magisterio de Valencia, donde, de manera provisional, estudian los alumnos del CEIP Lluís Vives de Massanassa. La última función tuvo lugar en el CEIP La Fila de Alfafar, cerrando así una iniciativa que ha demostrado que el arte puede ser una poderosa herramienta de sanación.

Más allá del espectáculo, estas funciones han dejado una huella en cada niño y en cada maestro. Un recordatorio de que, incluso en los momentos más oscuros, la imaginación y la empatía pueden encender una luz de esperanza.