El amanecer del sábado trajo una imagen devastadora para quienes visitaron a sus seres queridos en el Cementerio Municipal de Necochea. Más de 60 tumbas fueron dañadas, con lápidas destrozadas, cruces arrancadas y vidrios rotos. La escena era impactante, pero, tristemente, no sorprendente.
Trabajadores del cementerio aseguran que estos ataques se han vuelto una terrible rutina. Según denuncian, cada noche se producen destrozos en distintas zonas del predio. “Es muchísimo el vandalismo, al crematorio le arrancaron el medidor de luz. Ya es una constante, todas las noches rompen algo”, lamentó uno de los empleados en declaraciones al medio local Ecos Diarios de Necochea.
Robos sin fin, aunque ya no queda mucho que llevarse
A pesar de la magnitud de los daños, todo indica que los ataques tenían como objetivo el robo. Sin embargo, los saqueos en el cementerio han sido tantos que ya casi no queda nada de valor. Los ladrones han tomado todo lo que podían, y ahora los destrozos parecen ser parte de una violencia sin sentido.
La desesperación entre quienes trabajan en el lugar es evidente. Cada denuncia parece quedar en el olvido, y los hechos se repiten una y otra vez sin que se tomen medidas efectivas para frenarlos.
Familias en shock y reclamos por mayor seguridad
Para quienes visitan a sus seres queridos, la situación es angustiante e inaceptable. Nadie espera encontrar tumbas profanadas ni lápidas destruidas al acudir a recordar a quienes ya no están.
Las imágenes del cementerio afectado han generado indignación y preocupación en la comunidad. Cada vez son más las voces que exigen soluciones para detener esta ola de vandalismo que golpea un espacio que debería ser de respeto y descanso.
Mientras tanto, la Policía y la Policía Científica ya han intervenido en el lugar para investigar los hechos. La gran pregunta es si esta vez habrá respuestas concretas o si todo quedará, nuevamente, en la nada.