Un encuentro de memoria y consuelo: Tenerife acoge la segunda Misa Funeral organizada por Mémora

Un encuentro de memoria y consuelo: Tenerife acoge la segunda Misa Funeral organizada por Mémora

La Catedral de San Cristóbal de La Laguna acogió el pasado 28 de enero la segunda Misa Funeral organizada por Mémora en Tenerife, un acto que reunió a 250 personas en un emotivo homenaje a los seres queridos que han fallecido en el último año. La ceremonia, presidida por Antonio Manuel Pérez, Administrador Diocesano de la Diócesis Nivariense, ofreció un espacio de recogimiento y recuerdo, en el que los asistentes pudieron honrar la memoria de quienes ya no están.

El encendido de velas fue uno de los momentos más significativos de la eucaristía, una ceremonia marcada por la solemnidad y el respeto, donde cada gesto simbólico sirvió para iluminar la memoria de los ausentes y brindar consuelo a sus familiares. Este acto, que Mémora celebra en distintas comunidades autónomas de España, se ha convertido en un punto de encuentro para aquellos que buscan una forma colectiva de recordar y despedir a sus seres queridos, creando un espacio de apoyo en el proceso de duelo.

En un ambiente cargado de emoción, los asistentes encontraron en la liturgia un momento para la introspección y la conexión con los recuerdos. Las palabras de consuelo y esperanza pronunciadas durante la misa invitaron a reflexionar sobre la importancia de la memoria y el amor que perdura más allá de la ausencia. Para muchas familias, este homenaje representó un punto de encuentro en el que compartir su dolor y hallar un respiro en la compañía de quienes atraviesan una experiencia similar.

La celebración de esta segunda Misa Funeral en Tenerife reafirma el compromiso de Mémora con las familias, ofreciéndoles un entorno de acompañamiento y respeto. A lo largo de los años, esta iniciativa ha demostrado ser un apoyo importante para quienes buscan un espacio donde honrar la memoria de sus seres queridos de manera comunitaria. La luz de cada vela encendida en la Catedral de La Laguna es el reflejo de un amor que no desaparece, de un recuerdo que se mantiene vivo en quienes siguen adelante con la certeza de que la memoria es un lazo que trasciende el tiempo.