En el corazón de Beniarjó, un espacio cargado de memoria y significado ha sido renovado para mirar al futuro. El cementerio municipal, construido en 1969, ha recibido una importante mejora en su infraestructura gracias a una subvención de la Diputación de Valencia. Esta segunda fase de reformas no solo asegura su conservación, sino que también lo hace más accesible para todos.
Entre los cambios más destacados, el pavimento de la zona antigua ha sido sustituido. Donde antes había baldosas hidráulicas, ahora se extiende un pavimento de hormigón más resistente y funcional. Esta mejora no solo revitaliza el espacio, sino que también garantiza mayor seguridad y durabilidad.
La capilla del cementerio, un lugar que guarda la solemnidad de los momentos de despedida, también ha sido rehabilitada. Ahora cuenta con una rampa de acceso y un baño adaptado, cumpliendo así con los estándares de accesibilidad para personas con movilidad reducida. Además, se ha creado una sala de usos múltiples, un espacio que abre la puerta a nuevas posibilidades para actos y servicios.
La alcaldesa de Beniarjó, Eva Llinares, visitó recientemente las obras junto a técnicos del Ayuntamiento y representantes de la empresa constructora. Durante su visita, destacó la importancia de estas actuaciones: «Era una intervención necesaria para garantizar el mantenimiento de este espacio tan significativo para nuestra comunidad y hacerlo accesible para todos».
Esta transformación ha sido posible gracias a una ayuda de 74.762 euros incluida en el Plan de Inversiones 2022-2023 de la Diputación de Valencia. Aunque la licitación final se adjudicó por un coste ligeramente menor, de 69.407 euros, el resultado ha sido una intervención completa y efectiva.
Estas reformas no son solo una mejora física, sino una muestra del compromiso del Ayuntamiento de Beniarjó con el cuidado de su patrimonio y la atención a las necesidades de sus ciudadanos. Con cada detalle renovado, el cementerio municipal se convierte en un espacio que honra tanto el pasado como el presente, asegurando que todos, sin excepción, puedan acceder a él con dignidad.
Con este proyecto finalizado, Beniarjó demuestra que la memoria y la modernidad pueden convivir de forma armoniosa, construyendo un futuro inclusivo y respetuoso con su historia.