La historia enterrada: un tesoro revela la vida de mujeres nobles en Crimea
En lo alto de la meseta de Mangup, donde las huellas del tiempo se confunden con el paisaje, un equipo de arqueólogos desvela un asombroso capítulo de la historia. En dos tumbas de la necrópolis de Almalyk-dere, en Crimea, han emergido joyas, artefactos y un legado que ilumina la vida de la aristocracia entre los siglos IV y VI.
Pendientes de oro con incrustaciones de granate, broches, hebillas y ornamentos de láminas de oro cosidas en antiguos atuendos fueron desenterrados, revelando la riqueza y el estatus de las mujeres allí enterradas. Entre los hallazgos destaca un píxide tallado en asta animal, utilizado para almacenar cosméticos en polvo, una pieza que habla del refinamiento cotidiano de sus propietarias.
Un vistazo al pasado noble
Según Artur Nabokov, arqueólogo del Instituto de Arqueología de Crimea, estas tumbas probablemente pertenecían a mujeres de la nobleza. «Las fíbulas halladas son locales, pero los pendientes de oro, muy raros, fueron importados y subrayan el lujo asociado a su rango», explica. Este hallazgo, aunque valioso, es solo una parte de las maravillas que Almalyk-dere ha ofrecido.
La necrópolis es uno de los sitios medievales más grandes de Crimea. Su historia está profundamente ligada al principado cristiano de Gothia, formado por ostrogodos que resistieron seguir a Teodorico el Grande en su campaña hacia Italia. A lo largo de los siglos, la meseta de Mangup ha sido testigo de múltiples ocupaciones humanas, desde los tiempos prehistóricos hasta la era medieval.
De saqueos y preservación
A pesar de los numerosos saqueos sufridos, los objetos recuperados son de un valor incalculable. Valery Naumenko, arqueólogo de la Universidad Federal de Crimea, destaca que estos descubrimientos no solo desvelan detalles de la vida aristocrática, sino que también aportan claves sobre las redes comerciales y la producción artística de la época.
Más allá de Almalyk-dere
El equipo también ha extendido sus investigaciones a otros puntos clave de la región, como el Monasterio de la Cueva del Sur, un refugio cristiano del siglo XV famoso por sus frescos bien conservados, y la necrópolis musulmana de Mazar-Tepe, activa entre los siglos XVI y XIX. Este último sitio se distingue por sus complejas estructuras funerarias y torres de piedra, algunas en perfecto estado.
Cada nuevo hallazgo en Almalyk-dere y sus alrededores no solo amplía la comprensión de las culturas que habitaron Crimea, sino que nos conecta con un pasado donde el lujo, la espiritualidad y el ingenio humano dejaron su huella en el tiempo.