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Actualizado: 07/05/2024
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Se abre una grieta en una pared del cementerio de Alfaro a veinte centímetros de los nichos

Se abre una grieta en una pared del cementerio de Alfaro a veinte centímetros de los nichos

Vía: La Rioja

Desde hace unas semanas, un tramo de la pared lateral del cementerio municipal de Alfaro (La Rioja) permanece apuntalado, es la consecuencia de la aparición de una grieta que recorre parte de la pared, ante la que el Ayuntamiento va a actuar.

Según información de La Rioja, los informes técnicos indican que las tumbas no corren peligro dado que la grieta afecta a una pared de cubierta a veinte centímetros de los nichos. Así, esa grieta atravesaría la pared de revestimiento sin afectar a la estructura de nichos.

Una ampliación, finalizada en septiembre de 2013, dos años y cuatro meses después de que comenzara, fue accidentada y con varios sobresaltos. El primero, cuando la primera empresa adjudicataria, la gallega Paraxe, abandonó los trabajos en pleno concurso de acreedores –acabaría cerrando–. El Ayuntamiento tuvo que superar ese crítico momento y precisó que la alfareña Construcciones Alberto Varea retomara los trabajos, a los que les restaba el 40% y que supusieron una inversión final de 816.364 euros. El resultado fue contar con 488 nuevos nichos, dejando espacio para construir estructuras para otros 264 dada la necesidad entonces –y también ahora– de nuevas tumbas.

Mientras se realizaban esos trabajos, el momento más traumático llegó el 25 de enero de ese año, cuando se derrumbó la pared de una de las zonas de nichos, anexa pared con pared con esta zona de ampliación, dejando al descubierto casi 80 féretros. Días después, el Ayuntamiento tuvo que traspasarlos, siempre contando con las familias, a esa zona de ampliación.

Antiguo barranco
Ahora, ha llegado un nuevo susto. «La base de la pared ha fallado y lo hemos apuntalado a la espera de arreglarlo, que ya está encargado a la brigada», explica Jiménez Velilla recordando que el cementerio municipal se asienta sobre un antiguo barranco que ha ido rellenándose como escombrera a lo largo de las décadas.

De hecho, antes de aquella ampliación, el terreno fue sujeto a varios estudios geológicos para estudiar su firme y la necesidad de introducir medidas como pivotes para asentarlo.

Ahora, el Ayuntamiento ha colocado unos testigos en la grieta para estudiar su evolución y está pendiente para observar si surgiera alguna otra incidencia.

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