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Actualizado: 23/04/2024
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La felicidad se ha convertido en una obsesión moderna

La felicidad se ha convertido en una obsesión moderna

Vía: Dinero

La felicidad no solo es el valor que más persiguen las personas para sí mismos y para sus seres queridos, también es el factor determinante para tomar decisiones de vida, que van desde abandonar un trabajo porque no nos hace felices, pasando por dejar a la pareja o incluso cambiar de país.

Debido a que la felicidad ya no solo es evaluada como un sentimiento, sino como un indicador que sirve para comparar países y medir el bienestar, firmas dedicadas a los negocios y a la economía, como Bank of America Merrill Lynch, también han decidido estudiarla y su conclusión, tras evaluar distintos sondeos de Nielsen, es que las personas que recién cumplen 50 años son las más infelices.

La explicación de los expertos del banco es que a esa edad la mayoría de la gente está comenzando a pensar seriamente acerca de sus planes de jubilación, y pueden descubrir que no les va a alcanzar el dinero para financiar su retiro, al tiempo que aún deben estar pendientes de pagar la universidad de sus hijos e incluso pueden estar pensando en el cuidado de sus padres envejecidos.

Sin embargo, después de los 55 años, las personas reportan niveles crecientes de bienestar, que incluso llegan a los puntos más altos después de alcanzar los 80 años.

“Hay evidencia científica de que las personas se hacen más felices a medida que envejecen y hay varias teorías que lo explican, pero en general coinciden en que la aceptación del envejecimiento genera tranquilidad y hasta satisfacción” dice un informe que envió el Bank of America a sus clientes y que fue publicado por Business Insider.

Los niveles de felicidad, además, pueden cambiar con el tiempo. Dentro de 30 años, quienes hoy tienen 50 años podrían terminar menos felices que los octogenarios actuales y los jóvenes de 20 años de hoy podrían estar más contentos que quienes hoy bordean los 50.

El envejecimiento no solo se analiza desde la felicidad, sino como un fenómeno económico, pues en los países de la Ocde más de la mitad de los mayores de 65 años declaran estar en buen estado de salud, lo que significa que no solo tienen más tiempo libre, sino que pueden aprovecharlo.

Varias proyecciones señalan que los mayores de 65 años pasarán de ser 9% de la población mundial en 2010 a 19% en 2050, lo que significa más gasto en salud y en pensiones, pero también un nuevo mercado que tiene un poder adquisitivo conjunto de 1.000 millones.

Con el envejecimiento se beneficiarán, obviamente, las empresas farmacéuticas, pero también las compañías de ocio, juegos de azar, aseguradoras, inmobiliarias, ópticas, gestoras de activos, fabricantes de tecnología sanitaria, biotecnológicas o funerarias.

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