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Actualizado: 27/03/2024
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El malogrado viejo cementerio de Lardero

El malogrado viejo cementerio de Lardero

Vía: Autor: P- Hidalgo / La Rioja

El viejo cementerio de Lardero (Cantabria), situado en una de las salidas del casco urbano hacia la N-111, llama la atención que sobre su puerta de acceso figure la inscripción ‘Aquí os esperamos’. La imagen actual del antiguo camposanto, «el de toda la vida» del municipio y en el que no se producen enterramientos desde hace 23 años y que se clausurará en un futuro, tampoco se borra de la mente de algunos de los que fueron a visitar a los suyos el pasado día 1, jornada de Todos los Santos. «Dan ganas de llorar. La gente ha sacado de aquí a sus muertos y está todo tirado», lamenta una vecina de la localidad.

El recinto del viejo cementerio evidencia un notable deterioro. Hay cantidad de tumbas y nichos abiertos, cruces partidas por el suelo, lápidas hechas pedazos en múltiples rincones… «Incluso en algunas zonas, tras las exhumaciones, el terreno parece que se ha hundido», agrega esta larderana. «A los que tenemos familiares aquí, nos apena esta imagen», continúa; no sin reconocer que «impresiona ver los panteones abiertos». «Si lo quieren cerrar, que lo cierren; pero que no ofrezca este aspecto», solicita esta ciudadana de Lardero.

El antiguo camposanto acogió su último enterramiento el 16 de mayo de 1992. Desde entonces, los fallecidos de la localidad se han inhumado en el nuevo cementerio, ubicado en las inmediaciones del polígono industrial La Variante. Éste albergó su primer enterramiento el 27 de junio de 1992.

Tres cuartas partes, vacío
La normativa recoge, en las situaciones de los cementerios que vayan a cerrar sus puertas, que pueden exhumarse todos los restos para trasladarlos a otro lugar una vez transcurran catorce años desde el último enterramiento. En el caso de Lardero se ha rebasado ampliamente este plazo. «El Ayuntamiento nunca ha querido meter prisas ni marcarle tiempos a la gente», justifica el alcalde, Juan Antonio Elguea, quien precisa que en estos momentos «tres cuartas partes del viejo están vacías».

Pese a que ya pocos larderanos descansan en el antiguo camposanto, Elguea admite que «igual habría que darle un repaso». «Como queda poca gente en el viejo, allí hacemos un mantenimiento mínimo y nos preocupamos más del nuevo, en el que no hay ningún problema», afirma. No obstante, matiza que la conservación de las tumbas es responsabilidad de «los particulares».

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