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Actualizado: 27/03/2024
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Skyscanner nos muestra los 13 cementeros más bonitos de Mundo

Skyscanner nos muestra los 13 cementeros más bonitos de Mundo

Vía: Autor: Skyscanner.com

El turismo de cementerios es una manera de viajar que se complementa a la perfección con cualquier tipo de viaje. Si entrar en un camposanto o una necrópolis te pone los pelos de punta, sigue leyendo  porque Skyscanner te trae los 13 cementerios más bonitos que hay en el mundo. Toma nota, porque quizás te puedes pasar por alguno el día de Todos los Santos.

Desde el verde de Inglaterra a la luz del Caribe, algunos cementerios son verdaderos museos al aire libre, testigos mudos del paso del tiempo y de la historia de ese lugar y de sus habitantes. Más allá de los bloques de nichos que abundan en España, por todo el mundo hay repartidos cementerios que parecen jardines, camposantos con esculturas modernistas, rincones llenos de color… Porque si se trata de recordar a los que ya no están, ¿qué mejor que honrarles con una visita?

1) Cementerio de Highgate, Londres, Reino Unido
El cementerio de Highgate es uno de los rincones más maravillosos que oculta Londres. Inaugurado a mediados del siglo XIX, aquí están enterrados grandes como Karl Marx, George Elliot, Michael Faraday o los padres y hermanos de Charles Dickens. Las tumbas, muchas de ellas de época victoriana, se mezclan con la vegetación frondosa del recinto. Estuvo en estado ruinoso hasta la década de 1980 los ciudadanos lo recuperaron. Cuentan que un vampiro lo ronda… pero es más posible que te topes con una ardilla.

2) Cementerio Nacional de Arlington, Virginia, Estados Unidos
Con una extensión enorme, el cementerio nacional de Arlington es un camposanto militar que se creó en tierras del general confederado Robert E. Lee durante la Guerra de Secesión americana a las puertas de Washington, a orillas del río Potomac. Aquí están enterrados veteranos de todas las guerras, desde la Guerra de Independencia hasta conflictos más recientes, y las vistas desde la cima de la colina son espectaculares. Si vas, no te pierdas las tumba de Kennedy, la del soldado desconocido ni monumentos como el memorial a Iwo Jima. En estos terrenos viven varias familias de ciervos, que se pasean por el mar de lápidas blancas.

3) Cementerio Père-Lachaise, París, Francia
El Père-Lachaise es famoso por ser, entre otros, el lugar del eterno descanso de ilustres como el cantante Jim Morrisson, el escritor Oscar Wilde o el pintor Delacroix. Es el cementerio más grande de París y uno de los más conocidos del mundo… y es tan bonito que los parisinos lo tratan como si fuera un parque (no es raro ver a alguien sentado leyendo en este entorno de paz). Ocupa 43 hectáreas y tiene más de 70.000 tumbas preciosas, 5.300 árboles y muchísimos gatos. Tómate tu tiempo para visitarlo… y hazte con un mapa o te perderás

4) Antiguo Cementerio Judío, Praaga, República Checa
En el Antiguo Cementerio Judío de Praga hay overbooking, o casi. Las tumbas se amontonan prácticamente unas sobre las otras, mientras el musgo toma posesión de las lápidas. Es verdaderamente impresionante. Se usó desde el siglo XV hasta 1787 y aunque no se sabe exactamente cuánta gente hay enterrada (hay hasta 12 capas de tierra) se ha estimado que en las 12.000 visibles descansan más de 100.000 judíos. Por lo visto, como los judíos no pueden destruir tumbas, cuando se quedaron sin espacio, se empezó a enterrar encima de lo existente.

5) Cementerio de Luarca, Asturias, España
Si buscamos un camposanto con una ubicación excelente ese es sin duda el cementerio de Luarca, en Asturias. Situado frente a la costa asturiana, con vistas a un horizonte de postal, respira tranquilidad por los cuatro costados. Es, más que un lugar de reposo (que también) un paseo romántico aderezado por el sabor de la sal, el aroma de los pinos y el ruido de las olas golpeando los acantilados.

6) Cementerio de La Recoleta, Buenos Aires, Argentina
Situado en el barrio del mismo nombre, el Cementerio de la Recoleta es una obra de arte en mayúsculas. Aquí están sepultados los más ilustres de Argentina, entre callejones de mausoleos y panteones ricamente decorados. Tiene un aire al parisino Père-Lachaise pero en porteño y con mucha más luz. Si vas a visitar Buenos Aires, escápate un rato del bullicio de la ciudad y pasea por sus avenidas hasta llegar a la rotonda central, coronada por una escultura de Cristo.

7) Cementerio Central de Viena, Austria
El cementerio central de Viena (Zentralfriedhof en alemán) es el segundo camposanto más grande de Europa, por detrás del de Hamburgo, y el más extenso de la capital austríaca. Con una superficie de 2’5 kilómetros cuadrados, aquí están enterrados más de 3 millones de personas, entre las que destacan los restos de músicos como Beethoven, Schubert, Salieri, Brahms o Strauss. Hay un monumento a Mozart, pese a que su cuerpo descansa en otro lugar. No te pierdas la iglesia modernista de Steinhof, una obra maestra del arquitecto Otto Wagner que se alza en el recinto.

8) Cementerio de Saint Louis, Nueva Orleans, Estados Unidos
Ningún lugar mejor que la criolla Nueva Orleans para acoger un cementerio de los más hermosos y dramáticos del mundo. Debido a que la ciudad está por debajo del nivel del mar, los difuntos no se sepultan bajo tierra, sino que se les entierra en criptas ordenadas de tal manera que el lugar parece una “ciudad de los muertos”. El cementerio de San Luis está cerca del precioso Barrio Francés y sus tumbas del siglo XVIII y XIX están decoradas con tanto gusto que es difícil no enamorarse. Por cierto, si os interesa el vudú, aquí está reposa Marie Laveau, “La Reina del Vudú de Nueva Orleans”.

9) Cementerio alegre de Sapantza, Rumanía
Es poner un pie en el cementerio alegre de esta aldea rumana y alucinar. Este camposanto no se parece a lo que estamos acostumbrados y es una verdadera sorpresa llena de color. Sus tumbas están decoradas con vistosas pinturas naíf y epitafios que describen de forma poética al difunto. Aquí la muerte no es lúgubre, sino una invitación a la vida. Hay unas 800 lápidas de madera con cruces de madera de roble, la mayoría de las cuales son obra del artista local Stan Ioan Patras, que también descansa en este singular camposanto.

10) Cementerio americano de Normandía, Colleville-sur-Mer, Francia
Junto a las playas del desembarco y a orillas del escenario de un momento decisivo de la II Guerra Mundial, en Colleville-sur-Mer podemos encontrar el Cementerio Estadounidense de Normandía. Este camposanto es un memorial para el recuerdo y el reposo eterno de los soldados de EEUU muertos en Europa durante el conflicto. El cementerio, de 70 hectáreas, está sobre un acantilado con vistas a la playa de Omaha y al Canal de la Mancha y alberga los restos de 9.387 militares estadounidenses. El infinito de sencillas blancas no te dejará indiferente.

11) Cementerio de Staglieno, Génova, Italia
Las esculturas y obras de arte son lo que hace verdaderamente especial al cementerio monumental de Staglieno, en Génova. Está situado sobre una colina y es uno de los más grandes de Europa. Staglieno se inauguró en 1851 y en sus jardines, diseñados por el arquitecto Carlo Barabino, hay incluso una copia del Panteón de Agripa. El Ángel de Monteverde es una de las esculturas que deberías ver.

12) Necrópolis Cristóbal Colón, La Habana, Cuba
Quizás un cementerio no es lo primero que te venga a la mente cuando  piensas en Cuba, pero en La Habana hay uno de los más increíbles del mundo (por algo es Monumento Nacional). Con 57 hectáreas de superficie está plagado de esculturas y obras de arte funerario tan increíbles que sólo lo supera el de Staglieno. A la entrada hay un monumento de mármol de Carrara de grandes dimensiones que impacta. Más allá de ver la tumba de “La Milagrosa”, te recomendamos que pasees con tranquilidad y admires los suntuosos panteones que recrean a escala las mansiones coloniales de sus dueños. ¿Quién dijo miedo?

13) Cementerio de Lone Fir de Portland, Oregón Estados Unidos
En un día de niebla y lluvia el cementerio de Lone Fir en Portland podría ser el escenario de una película de misterio. Es un lugar histórico y mucho más que un simple camposanto. Con los años se ha convertido en una especie de museo de historia local al aire libre, además de un jardín botánico sembrado de árboles que en otoño cubren el suelo con un manto de hojas ocres.

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