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Actualizado: 27/03/2024
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Tres historias de amor inspiran una ruta turística en un cementerio de Lisboa «Hasta que la muerte nos separe»

Tres historias de amor inspiran una ruta turística en un cementerio de Lisboa «Hasta que la muerte nos separe»

Vía: Renata Hirota /Efe

Tres grandes historias de amor son las que inspiran una ruta turística guiada, llamada «Hasta que la muerte nos separe» y promovida por el Ayuntamiento de Lisboa (capital de Portugal) en el Cementerio dos Prazeres, construido en 1833 debido a una epidemia de cólera. El cementerio guarda los secretos de Inés de Castro, la Condesa D’Edla y Adelaide Coelho, protagonistas de sendos romances en diferentes siglos, «cuyas historias prevalecieron a pesar de las adversidades», explicó Ana Maria Mimo, guía de las rutas temáticas del Ayuntamiento de la capital lusa.

Las historias son contadas a través de las tumbas de diferentes personajes que, de alguna forma, formaron parte de la vida de sus protagonistas. Una de ellas, la más famosa, es la que vivieron el rey Pedro I e Inés de Castro que, según la leyenda, fue coronada reina después de muerta. Contada por los poetas lusos Luis Vaz de Camões y Manuel Barbosa du Bocage, fue intensamente investigada por Jorge de Sena, uno de los escritores cuya tumba se encuentra en el cementerio.

El rey Afonso IV mandó matar a Inés de Castro por su relación con el príncipe heredero Pedro I de Portugal, quien se había enamorado de ella, cuando era la dama de compañía de su segunda esposa, Constanza Manuel. Después de la muerte del rey, se cuenta que Pedro I mandó matar a los verdugos de su amada e hizo reconocer su matrimonio con Inés, que «después de muerta fue reina», como relata Camões en «Los Lusíadas».

Jorge de Sena estudió principalmente las tumbas de Pedro e Inés en el Monasterio de Alcobaça, buscando evidencias de su matrimonio en la simbología utilizada. Elise Hensler, la Condesa d’Edla, es la única de las tres protagonistas sepultada en el cementerio, y su tumba es uno de los puntos más destacados de la ruta, que dura cerca de dos horas.

Su matrimonio con el rey viudo Fernando II en 1869 fue un escándalo -la condesa era cantante de ópera y madre soltera- y la opinión de la sociedad se dividió sobre el tema. En la tumba se puede ver la exigencia de la condesa en su testamento: una reproducción de la cruz alta de la sierra de Sintra, donde la pareja solía refugiarse, uno de los símbolos de su amor.

La tercera y última protagonista es también el caso más reciente: en 1918, Maria Adelaide Coelho da Cunha, heredera de uno de los mayores y más importantes periódicos de Portugal, huyó con su chófer de 26 años, 22 años más joven que ella, por lo que se la consideró loca y fue ingresada en un hospital psiquiátrico.

La tumba en el Cementerio dos Prazeres es de su padre, Eduardo Coelho, fundador del «Diário de Notícias». También está enterrado allí el militar Paiva Couceiro quien, según la guía Ana Maria Mimo, fue el responsable por permitir la huida de Adelaide del hospital psiquiátrico.

Además de la ruta romántica, la Cámara de Lisboa organiza recorridos temáticos sobre otros temas, como arquitectura funeraria o la censura a la prensa en Portugal a lo largo de su historia. El paseo entre los cipreses, típicos de los cementerios, sobre todo, en los países mediterráneos, sorprende por la belleza de algunas de las tumbas y monumentos de arquitectos famosos y anónimos.

El cementerio aún tiene otros atractivos, como el mayor mausoleo privado de Europa, perteneciente a Pedro de Sousa Holstein, duque de Palmela, con cerca de 200 restos mortales de los miembros de su familia.

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